La resiliencia es una habilidad de inteligencia emocional que como todas, requiere conciencia y práctica. Nunca le podrás dar al ‘done’ y siempre tendrás oportunidades para ponerla a prueba, lo que la hace retadora y sólo apta para valientes.
Tradicionalmente el término resiliencia se usaba en el campo de la física para referirse a la capacidad que tienen los cuerpos para volver a su forma original, luego de haber sufrido deformaciones.
No hay ninguna carrera profesional (ni ninguna vida), que transcurra sin dificultades, sin golpes, sin caídas; y justo en ese ‘bajón’ es cuando uno elige compadecerse o levantarse y seguir con más fuerza. Justo ahí surge nuestra oportunidad de crecer, de mejorar, de superar nuestros propios límites. Porque la competición más dura es siempre con uno mismo. Sin resiliencia, tu talento te llevará sólo hasta las primeras dificultades, donde tirarás la toalla poniendo excusas o culpables en tu camino. Consciente o inconscientemente eliges hundirte o hacerte más fuerte.
Rafa Nadal es un ejemplo práctico de Resiliencia, pero no es una habilidad exclusiva de los deportistas de élite, también los hay en tu trabajo, en tu familia o por la calle, cuando te falten fuerzas, ¡Inspírate en ellos/as!